Un tratamiento ortodóncico temprano en un niño ayuda a evitar procedimientos de ortodoncia para adultos. A partir de los 13 años los huesos de la mandíbula se endurecen y dejan de crecer. Si cuando es un niño, no se deja el espacio suficiente con aparatos específicos, cuando es más mayor, y se produce el cambio de dientes temporales a dientes permanentes,  puede ser necesario la  extracción de dientes.

Es muy importante que a partir de los 6 años el niño acuda a revisiones periódicas para determinar si necesita algún tratamiento.

Un tratamiento temprano ayuda a:

• Corregir hábitos que pueden estar perjudicando el crecimiento y desarrollo de los huesos de la cara.
• Conseguir espacio para todos los dientes permanentes.
• Controlar y guiar el desarrollo cráneo facial.